jueves, 20 de noviembre de 2014

EL SALMÓN ATLÁNTICO Y LOS AGENTES FORESTALES DE CANTABRIA

Remontando el río Deva en La Hermida
El Salmón (Salmo salar) es un pez que parte de su vida sobrevive en los ríos de Cantabria, donde es pescable. Es una especie de gran importancia ambiental y a la que la administración pública hemos dedicado mucho esfuerzo, como demuestra la existencia del Centro Ictiológico de Arredondo. Despierta gran interés social encontrándose en una situación delicada y de conflicto. Entre todos podemos mejorarlo, sumando, al trabajo que hoy exponemos como ejemplo, otras obligaciones complementarias como son la protección y recuperación de su hábitat.
La Pesca Continental y todo su entorno de gestión y protección, evoluciona paralelo a la historia de nuestro cuerpo desde los orígenes. Desde el Servicio de Pesca Continental, el ICONA y las actuales especialidades de los TAMN del Gobierno de Cantabria en Pesca Continental y Marina con sus ecosistemas correspondientes.
Los Agentes Forestal y Medioambientales – TAMN, de las respectivas cuencas salmoneras, con el apoyo de algunos miembros de las Cuadrillas de Prácticos Especialistas Forestales y otros Técnicos especializados, desarrollamos una de las tareas que el Gobierno de Cantabria nos encomienda, como es:
     -      El del seguimiento, inventariación, toma de muestras y control de las especies de pesca.
     -      La policía y custodia de los ecosistemas fluviales.
     -      Vigilancia del cumplimiento de la legislación y normativa de pesca y medioambiental relacionada.
Estas son labores que se realizan de una forma constante y directa para la conservación del Salmón en Cantabria, a pesar de su pesca anual y la constante destrucción de su hábitat.
A continuación podéis leer un artículo de un compañero que concreta y ejemplifica la realidad de los párrafos anteriores.

Foto:  Centro Ictiológico de Arredondo
Captura de reproductores de salmón en el río Pas.

A primeros de noviembre, con más retraso que otros años debido a lo tardío de las primeras lluvias otoñales y la consiguiente crecida del río Pas, se hicieron los preparativos para la captura de salmones en la presa de Puente Viesgo, situada en el tramo medio del río. Esta actividad se lleva a cabo casi todas las temporadas, para reponer las bajas que haya podido haber en el grupo de reproductores existente en el Centro Ictiológico de Arredondo. Los alevines que eclosionan en el Centro, separados por cuencas fluviales, son luego la base de las repoblaciones que se hacen en los ríos salmoneros de la región, labor fundamental para reforzar una población tan escasa y sensible como la del salmón atlántico en Cantabria.
Una vez que los peces han entrado en la escala, se procede a la captura de los ejemplares más adecuados para la reproducción en cautividad. El trabajo precisa de varias personas en el agua, y otras fuera de la escala para el traslado de los peces, y se realiza con redeños de gran tamaño. Ha de hacerse con sumo cuidado para no dañar a los peces y a la vez con cierta premura, ya que el tiempo de estancia en la cuba de transporte es limitado y el viaje de Puente Viesgo a Arredondo requiere algo más de una hora. Por ello las condiciones del río deben ser las idóneas, con el suficiente caudal como para que los salmones suban por la escala, pero sin que sea excesivo, para facilitar la captura en buenas condiciones. En este caso se sacaron un total de 15 salmones, 11 hembras y 4 machos, de los cuales 5 hembras se liberaron aguas arriba y el resto fue trasladado al Centro Ictiológico de Arredondo. De los ejemplares capturados, un macho y una hembra habían nacido en el Centro Ictiológico, lo cual se sabe porque son marcados mediante el corte de la aleta adiposa. Al mismo tiempo, se capturaron 42 truchas de tamaño medio y grande, todas ellas liberadas río arriba, para ir en busca de los frezaderos de las cabeceras del Pas y sus afluentes.
            Dos semanas después, a la hora de escribir estas líneas, el caudal del Pas ha vuelto a menguar sensiblemente, y la mayor parte de los salmones aún esperan aguas abajo de la presa de Puente Viesgo a una nueva crecida que les permita acceder a las colas de los pozos del tramo medio y alto del río, el lugar idóneo para culminar con el desove, ese milagroso viaje de miles de kilómetros y lleno de peligros. Por desgracia este magnífico espectáculo de nuestros ríos, y este impresionante animal, son cada vez más difíciles de ver. El hecho de contar con una reserva de reproductores en cautividad, aunque por sí misma, no es la solución para recuperar la especie, en combinación con otras actuaciones de diversa índole, puede servir para mantener en nuestros ríos, una población sana de este emblemático pez.

                                  

                                                                       Juan Miguel Gil Álvarez (TAMN de la cuenca del Pas)


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